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lunes, 5 de marzo de 2018

ALTA COMPETITIVIDAD DE EMPRESAS AGRICOLAS PERUANAS

¿A qué se debe la consolidación del sector agroexportador?

La competitividad alcanzada por las empresas agrícolas locales las pone en la mira de inversionistas aquí y en el extranjero. El sector se consolida y profesionaliza, advierten expertos

Agroexportaciones peruanas
Según supo Día1, desde hace varios meses se estaría gestando la venta de Sociedad Agrícola Drokasa (Agrokasa), empresa pionera en agroexportación en Ica, que el año pasado lideró los embarques de palta Hass. (Foto: El Comercio)
Este año ha dado que hablar en materia de fusiones y adquisiciones en la agroindustria. A mediados de agosto pasado, la corporación argentina San Miguel –que es experta en cítricos– adquirió por unos US$55 millones Hoja Redonda (de Inversiones Breca), una firma peruana con campos de mandarinas, paltas y uva en Chincha (Ica) y Chepén (La Libertad). Y a principios de octubre, el grupo chileno comercializador de berries Hortifrut y la firma peruana Talsa S.A. anunciaron su fusión, posicionándose como jugador clave en producción y comercialización de arándanos en el hemisferio sur. La operación fue valorizada en unos US$136 millones.
Y eso que el 2017 aún no acaba. Según supo Día1, desde hace varios meses se estaría gestando la venta de Sociedad Agrícola Drokasa (Agrokasa), empresa pionera en agroexportación en Ica, que el año pasado lideró los embarques de palta Hass. El sector reconoce que es una empresa “muy bien llevada, lo que la pone en la vitrina de cualquier interesado”. De allí que se señale que “sería extremadamente cara”.
El comprador sería Camposol Holding, que prevé realizar una emisión de acciones por US$345 millones en la Bolsa de Nueva York. Consultados al respecto por nuestro suplemento, una fuente cercana al directorio de Agrokasa desmintió la información, como también lo hizo uno de sus accionistas fundadores, José Chlimper. Camposol no respondió la consulta.
Sin embargo, dos fuentes muy cercanas a los altos mandos del grupo fundado por la familia Dyer aseguraron que se espera con “emoción” la futura adquisición.
A juicio de los analistas, la compra podría retrasar la oferta pública de Camposol, por lo que estiman no se concretaría este año, salvo que la corporación dé marcha atrás en su decisión bursátil. Recuerdan que el holding ha reiterado que está abierto a “oportunidades”.
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EN ESCENA
Pero esta no es la única operación en curso. En efecto, la compañía vitícola y citrícola Agrícola Don Ricardo acaba de vender parte de sus acciones a un fondo de inversión local. También es un “secreto mal guardado” –se cuenta en el sector– que un fondo de inversión se desprenderá de su participación en Sunshine Exports, la tercera mayor exportadora de mangos.
Otras están al acecho de oportunidades de compra, ya sea de operaciones integradas (planta de proceso incluida) o terrenos, como Camet Trading, constituida en diciembre pasado por el empresario Enrique Camet y la multinacional sudafricana experta en palta Westfalia Group, tras 10 años de relación comercial. Es que hasta ahora la empresa opera como acopiadora. ¿Qué es lo que está alimentando esta dinámica?
No se trata solo de la aptitud agrícola de la costa peruana para cultivos de alto valor de mercado y la disponibilidad hídrica de las irrigaciones. Según Mauricio Olaya, socio principal del estudio Muñiz, las empresas agrícolas peruanas han adquirido escala con recursos limitados de inversionistas locales que, animados por el afán de crecer, buscan unir intereses con capitales extranjeros. De su lado, estos últimos desean expandir su negocio o integrarlo a su cadena de valor, aprovechando ventanas productivas que garantizan programas anuales e incrementan la competitividad. La apertura comercial y fitosanitaria a los grandes mercados como China y Estados Unidos los atrae, asimismo.
Desde afuera también hay apetito por articularse con tecnología, en particular con material genético protegido (variedades con regalías), dice Sergio Amiel, abogado del estudio Garrigues.
Entre empresas locales, acota, se verán sobre todo operaciones de tickets menores, de menos de US$20 millones, orientadas a la integración vertical (de la producción, procesamiento y venta). No descarta que esta convergencia incida en la reestructuración de la propiedad de la tierra que, en el caso de frutales como el mango, está atomizada.
MÁS SOFISTICADAS
Este escenario pone al descubierto una cuarta tendencia: la transformación de empresas familiares en organizaciones profesionales. De acuerdo a un estudio de 20 compañías agroexportadoras líderes, realizado este año por la consultora Michael Page (MP), solo 30% de las gerencias generales de las firmas dejan en manos de sus familias la gerencia.
En el caso de la gestión del área comercial, el 40% sí recae sobre un familiar de los fundadores. Pero nadie lo está en la gerencia de operaciones. “Las empresas agrícolas se han dado cuenta de que esta área prefieren delegarla a especialistas”, dice el ‘dossier’, y completa que la posición hoy la ocupan ingenieros agrónomos, pero se busca cada vez más expertos por cultivo. Agrega que se valoran, asimismo, las habilidades para gestionar recursos (presupuesto y mano de obra).
En ese sentido, señala que las compañías tienden a elevar el área de recursos humanos de jefatura a gerencia, en línea con una nueva estrategia: crear líneas de crecimiento profesional.
Pero esta es solo una parte de la foto del sector, donde todavía está en agenda el orden, señala Álex Alvarado, socio de banca de inversión de Activa Partners. Olaya coincide. “El aspecto más complejo es encontrar empresas con el adecuado nivel de formalidad en su gestión y en sus activos”, remata.

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