¿A qué se debe la consolidación del sector agroexportador?
La competitividad alcanzada por las empresas agrícolas locales las pone en la mira de inversionistas aquí y en el extranjero. El sector se consolida y profesionaliza, advierten expertos
Según
supo Día1, desde hace varios meses se estaría gestando la venta de
Sociedad Agrícola Drokasa (Agrokasa), empresa pionera en agroexportación
en Ica, que el año pasado lideró los embarques de palta Hass. (Foto: El
Comercio)
Este año ha dado que hablar en materia de fusiones y adquisiciones en la agroindustria.
A mediados de agosto pasado, la corporación argentina San Miguel –que
es experta en cítricos– adquirió por unos US$55 millones Hoja Redonda
(de Inversiones Breca),
una firma peruana con campos de mandarinas, paltas y uva en Chincha
(Ica) y Chepén (La Libertad). Y a principios de octubre, el grupo
chileno comercializador de berries Hortifrut y la firma peruana Talsa S.A.
anunciaron su fusión, posicionándose como jugador clave en producción y
comercialización de arándanos en el hemisferio sur. La operación fue
valorizada en unos US$136 millones.
Y eso que el 2017 aún no acaba. Según supo Día1, desde hace varios meses se estaría gestando la venta de Sociedad Agrícola Drokasa (Agrokasa),
empresa pionera en agroexportación en Ica, que el año pasado lideró los
embarques de palta Hass. El sector reconoce que es una empresa “muy
bien llevada, lo que la pone en la vitrina de cualquier interesado”. De
allí que se señale que “sería extremadamente cara”.
El comprador sería Camposol Holding,
que prevé realizar una emisión de acciones por US$345 millones en la
Bolsa de Nueva York. Consultados al respecto por nuestro suplemento, una
fuente cercana al directorio de Agrokasa desmintió la información, como
también lo hizo uno de sus accionistas fundadores, José Chlimper.
Camposol no respondió la consulta.
Sin embargo,
dos fuentes muy cercanas a los altos mandos del grupo fundado por la
familia Dyer aseguraron que se espera con “emoción” la futura
adquisición.
A juicio de los analistas, la compra podría retrasar la oferta pública de Camposol,
por lo que estiman no se concretaría este año, salvo que la corporación
dé marcha atrás en su decisión bursátil. Recuerdan que el holding ha
reiterado que está abierto a “oportunidades”.
EN ESCENA
Pero esta no es
la única operación en curso. En efecto, la compañía vitícola y
citrícola Agrícola Don Ricardo acaba de vender parte de sus acciones a
un fondo de inversión local. También es un “secreto mal guardado” –se
cuenta en el sector– que un fondo de inversión se desprenderá de su
participación en Sunshine Exports, la tercera mayor exportadora de
mangos.
Otras están al
acecho de oportunidades de compra, ya sea de operaciones integradas
(planta de proceso incluida) o terrenos, como Camet Trading, constituida
en diciembre pasado por el empresario Enrique Camet y la multinacional
sudafricana experta en palta Westfalia Group, tras 10 años de relación
comercial. Es que hasta ahora la empresa opera como acopiadora. ¿Qué es
lo que está alimentando esta dinámica?
No se trata
solo de la aptitud agrícola de la costa peruana para cultivos de alto
valor de mercado y la disponibilidad hídrica de las irrigaciones. Según
Mauricio Olaya, socio principal del estudio Muñiz, las empresas agrícolas
peruanas han adquirido escala con recursos limitados de inversionistas
locales que, animados por el afán de crecer, buscan unir intereses con
capitales extranjeros. De su lado, estos últimos desean expandir su
negocio o integrarlo a su cadena de valor, aprovechando ventanas
productivas que garantizan programas anuales e incrementan la
competitividad. La apertura comercial y fitosanitaria a los grandes
mercados como China y Estados Unidos los atrae, asimismo.
Desde afuera
también hay apetito por articularse con tecnología, en particular con
material genético protegido (variedades con regalías), dice Sergio
Amiel, abogado del estudio Garrigues.
Entre empresas
locales, acota, se verán sobre todo operaciones de tickets menores, de
menos de US$20 millones, orientadas a la integración vertical (de la
producción, procesamiento y venta). No descarta que esta convergencia
incida en la reestructuración de la propiedad de la tierra que, en el
caso de frutales como el mango, está atomizada.
MÁS SOFISTICADAS
Este escenario
pone al descubierto una cuarta tendencia: la transformación de empresas
familiares en organizaciones profesionales. De acuerdo a un estudio de
20 compañías agroexportadoras líderes, realizado este año por la
consultora Michael Page (MP), solo 30% de las gerencias generales de
las firmas dejan en manos de sus familias la gerencia.
En el caso de
la gestión del área comercial, el 40% sí recae sobre un familiar de los
fundadores. Pero nadie lo está en la gerencia de operaciones. “Las
empresas agrícolas se han dado cuenta de que esta área prefieren
delegarla a especialistas”, dice el ‘dossier’, y completa que la
posición hoy la ocupan ingenieros agrónomos, pero se busca cada vez más
expertos por cultivo. Agrega que se valoran, asimismo, las habilidades
para gestionar recursos (presupuesto y mano de obra).
En ese
sentido, señala que las compañías tienden a elevar el área de recursos
humanos de jefatura a gerencia, en línea con una nueva estrategia: crear
líneas de crecimiento profesional.
Pero esta es
solo una parte de la foto del sector, donde todavía está en agenda el
orden, señala Álex Alvarado, socio de banca de inversión de Activa
Partners. Olaya coincide. “El aspecto más complejo es encontrar empresas
con el adecuado nivel de formalidad en su gestión y en sus activos”,
remata.
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